RENATA MARTÍNEZ


ZATOICHI & 7 SAMURAIS
Bienvenidos a Japón, un lugar tecnológico, avanzado, sobresaliente y civilizado que cuenta con un avance impresionante y una cultura respetable. Ahora bienvenidos al cine japonés, una montaña rusa llena de sables, peleas, venganza, sangre, masas y samuráis que se desarrollan en un entorno de siglos pasados. Como bien podemos notar, ya sea 1954 cuando se estrenó Los siete samuráis o 2003 con la llegada de Zatoichi, la representación de Japón a través de su cine alberga principalmente en mostrar su cultura y su supervivencia por medio de batallas épicas y control de la técnica. Los siete samuráis es una película extensa que narra la búsqueda y venganza de hombres lo suficientemente disciplinados para defender a un pueblo de bandidos insolentes.
Zatoichi, por su parte, es la historia en conjunto de varios personajes que se entrelazan con un objetivo en común: la venganza. Personalmente disfrute un poco más esta última debido a ciertos detalles que me parecieron interesantes. Por ejemplo, las secuencias que más me gustaron ocurrieron al inicio y al final, cuando los personajes trabajan la tierra y construyen una casa al ritmo de música fuera del espacio diegético y logran una sincronización placentera. El desarrollo de los personajes fue notorio a través de flashbacks no muy claramente marcados visualmente, pero haciendo comparaciones constantes entre el ahora y diez años atrás, cuando la venganza obtuvo un nombre.
Los siete samuráis, por otro lado, requiere de mucha paciencia. Narrada de forma lineal, la búsqueda de la defensa de un pueblo, se desarrolla en una trama lenta, un producto audiovisual que refleja la pobreza, la debilidad y la decadencia de un lugar en peligro. Este tipo de películas resulta de difícil comprensión para nuestras mentes occidentales, acostumbradas a obtener respuestas rápidamente y entendiendo lo que pasa en el momento. Sinceramente no la disfrute tanto como la otra obra, comprendo que el año engloba todas sus características y que los signos y símbolos son ajenos a mi cultura, pero a pesar de mis esfuerzos, me resulta una entrega cansada.
De ambas películas, admiré el manejo de las masas en la puesta en escena, el constante uso de una técnica de defensa y ataque dominada y la adecuada representación de la época. Si bien, no me resulta cine de arte como tal, si logra ser una mezcla de componentes culturales que reflejan una forma diferente de narrar y desarrollar la trama.