RENATA MARTÍNEZ

APOCALIPSE NOW
1979, quizá un año cualquiera en la historia del cine quizás la oportunidad para dar paso a un fenómeno sonoro diferente. Francis Ford Coppola dirigiría una cinta visual que podría no ser muy distinta a una película de guerra pero que con la sabiduría de Walter Munch, esta mezcla de imágenes transportaría al espectador a un ambiente único guiado a través de los sonidos.
Comenzamos la película con un baldío abandonado, la música nos da la pauta para que este baldío se transforme en una zona de guerra que se incendia y se transforma en el recuerdo de un hombre traumatizado por su servicio en la marina. De esta manera, nos acostumbramos al sonido del helicóptero como el identificador del miedo del capitán, nos transportamos de su habitación a la guerra con imágenes superpuestas y adornadas con el sonido de las bombas, viento, hojas, selva, agua, todo lo necesario para que la composición no se sienta saturada y podamos entender la frustración del protagonista.
El capitán tiene una misión, salir de su cuarto en donde se confinó cuando se retiró, para volver a la guerra en Vietnam y encontrar a un hombre para poder eliminarlo. Partiendo de esto, nos vemos acompañándolo en su regreso a la batalla, un lugar dónde no hay silencio y el sonido tanto diegético como el extra diegético no se apartaran de nuestro lado en toda la historia. Considero que una de las secuencias que más reflejan el uso del sonido como herramienta principal fue cuando el capitán viajó en un helicóptero sobre una ciudad que fue destruida al compás del clásico “Ride of the Valkyries” por Richard Wagner. Lo más curioso es todo el tiempo, la música fue parte de la realidad de la película pues los soldados que iban en el helicóptero escucharon toda la pieza mientras realizaban su tarea.
Es así como esta increíble composición de elementos tanto visuales como auditivos llevan al espectador a acompañar al capitán en su misión hasta el final. Muchas veces la música es un simple complemento en las escenas pero esta película se debe ver con los ojos y con los oídos, dándole mayor peso a estos últimos. El tema de la guerra no es algo que me agrada observar mucho dentro de un trama, pero la estructura de edición sonora de Apocalipsis now es una experiencia que se debe apreciar y aprender de ella. En cada sonido había sentimientos, emociones, contextos, implicaciones y realidades que realzan la imagen y elaboran un ambiente creíble y estilizado.